Doce victorias consecutivas ha alcanzado en el golf de Guatemala Lucía Fernanda Quintana Rocha, sobrina de Chela Quintana Wannoni, la venezolana que ha conquistado más campeonatos nacionales (9) entre juvenil y amateurs y que en la actualidad es de los instructores del país con mejor y más actualizada formación académica.
La senda victoriosa de Luty arrancó el 2 de junio de 2019 al imponerse en el 6° ranking nacional de niños, 7-8 años, en el Club San Isidro. El 1° de septiembre triunfó en el Mayan Golf Club; prosiguió el 29 de septiembre ganando en el Putre Golf y el 27 de octubre repitió en el Mayan Golf Club.
El 26 de enero de 2020 se impuso en la Hacienda Nueva Country Club; repitió el 9 de febrero en Alta Vista Golf Club y culminó el 1° de marzo en el Guatemala Country Club. En esos días por la presencia del COVID 19, se suspendieron las actividades por previsión.
En el presente año fue primera de la división 9-10 años en el Club San Isidro; el 21 y 28 de febrero ganó en El Putre Golf. El 14 de marzo dominó en el Alta Vista Golf Club y el 18 de abril en el Club San Isidro.
Las cuatro últimas campeonas nacionales -Agatha Alesson Royo, Vanessa y Valentina Gill Lora y Andreína Barreto Valecillos-, han sido alumnas de Chela Quintana Wannoni.
La Asociación Deportiva Nacional de Golf de Guatemala la designó “Golfista del Año 2019”. Fue seleccionada para concursar en el XLIV Campeonato Interclubes Infanto-Juvenil en Nicaragua. No pudo asistir por el tener vencido su pasaporte venezolano.
Gracias a la mediación de la orgullosa Graciela Quintana Wannoni, establecimos contacto con el padre de Luty, Andrés Quintana, para que nos contara pormenores de como Lucía incursiona en el golf.
Tomó su primera clase el 10 de junio de 2017, un poco antes de cumplir los 6 años.
“La historia es muy cómica porque en realidad “Santa” a quien le trajo los palos de golf fue a su hermana mayor (Valentina) quien para ese momento tenía casi 8 años. Y ya recién mudados al condominio donde está la cancha de golf de la Hacienda Nueva Country Club, en mayo de 2017, le compré al profesor de golf un paquete de 12 clases para que su hermana mayor comenzara a jugar”.
--Recuerdo claramente a Jorge Nayén (QEPD) cariñosamente apodado el “Che”, y que se convirtió en su primer profesor de golf, que después de 2-3 clases me dijo: “Che, siento que te estoy estafando”, porque la verdad es que a Valentina no le gustó nunca este deporte y apenas golpeaba una bola, enseguida salía corriendo detrás de las mariposas que había en el driving range. No hubo forma que el Che lograra entusiasmarla con el golf, ni sobornándola con dulces o helados, nada funcionaba.
Lo curioso del caso es que mientras Valentina tomaba clases, siempre observamos que Lucía se llevaba uno de los hierros de la bolsa y se ponía sola a tratar de pegarle a la bola por ahí en los alrededores del driving range. Así que valiéndonos de la curiosidad demostrada por Lucia y sobre todo para no perder el paquete de clases que ya estaba pagado, a la siguiente clase me presenté con Lucía, a quien, recuerdo los palos de golf le quedaban inmensamente grandes (eran de su hermana mayor, unos US Kids de 51”), y le pedí al Che que intentara con ella.
Una vez terminada la clase con Lucía, el Che me llama al celular emocionado y me dice “no te imaginas lo que le gusta esto a Lucía, déjamela a ella en clases porque salió “picadísima” con el golf, y el entusiasmo que demostró en su primera clase nunca lo había visto antes”.
Así comenzó Lucía, amor a primera vista con el golf.
Estuvo en clases de golf prácticamente año y medio antes de que la metiéramos a competir en torneos infantiles; la verdad, no teníamos ningún apuro en que saliera para el campo, eran muy pocas las salidas con nosotros para que jugara 3 o 4 hoyitos.
A principios del 2019 la inscribimos en uno de los torneos de ranking nacional de Guatemala, llegando en 2° lugar. Ya tenía 7 años y estaba jugando 9 hoyos en la categoría niñas de 7-8 años. Se veía que le apasionaba todo esto, y fue muy competitiva desde el primer día y muy curiosa también, siempre haciendo preguntas acerca del juego, las reglas, los tiros, distancias, todo lo preguntaba.
En los siguientes torneos mejoraba cada vez, pero seguía repetidamente llegando de segunda. No lograba ganarle a la niña que por aquella época se imponía en todos los torneos. Lucía me preguntaba porque ella no podía ganarle a esa niña, y siempre -refiere el papá- le decía que cada vez le llegaba más cerca, ya no eran los 15 golpes del primer torneo, ahora solo perdía por 2 o 3 golpes, así que le dije que era cuestión de tiempo, y que si esto era importante para ella y lo disfrutaba. “Que tuviera paciencia y continuara practicando que pronto sería ella la ganadora”.
Ya hacia finales de ese año empezó a ganar todos los rankings infantiles de su edad y desde entonces continúa mejorando cada día.