Sucesos
Historias de la violencia venezolana: El asesinato de Ruiz Pineda
29 de agosto, 2021
Por: D' HOY CARLOS
A veces hay cosas que se dan por sentado, que su existencia es así porque siempre ha sido de esa manera. Lugares que conmemoran a hombres, a personas que hicieron el sacrificio máximo por sus ideales, pasamos por esos espacios, los nombramos como una parada en el camino y no imaginamos a esas personas, hombres y mujeres que dieron la vida en pro de sus ideales.
Leonardo Ruiz Pineda es uno de esos hombres, una figura histórica, que terminó perdido de la memoria del venezolano al normalizar que la democracia era algo que siempre había estado allí y no el producto del sacrificio de muchos.
Leonardo Ruiz Pineda, el líder del partido Acción Democrática caía ultimado a balazos el 21 de octubre de 1952, casi seis años antes de que la dictadura que lo había asesinado viviera su último día.
Según relata Cipriano Heredia, la historia del asesinato de Ruiz Pineda, jefe de la resistencia a la dictadura se inició la tarde de ese 21 de octubre cuando salió en compañía de otros dirigentes de AD a una reunión se realizaría con motivo de las elecciones, fraudulentas, que se realizarían meses más adelante y que llevarían al poder a Marcos Pérez Jiménez.
Ese día Ruiz Pineda, junto David Morales Bello sale a buscar a Leoncio Dorta y Segundo Espinoza, a Catia, de allí se dirigieron a San Agustín, no se percataron que eran seguidos por una motocicleta conducida por hombres de la Seguridad Nacional.
En San Agustín una camioneta accidentada les impide el paso, y de inmediato uno de los motorizados se acerca a la ventana junto a la que iba el dirigente y con un arma apunta a Ruiz Pineda, y le dice que “se entregue o se muere”.
Ruiz Pineda saca una cédula de identidad y dice que no quien busca, que él es Crespo, el esbirro, seguro de con quien está hablando, insiste, se entrega o se muere, en ese momento Ruiz Pineda le dice a sus acompañantes que salgan del carro, lo que hacen por el lado izquierdo, y forcejean con el otro funcionario. Cuando Morales Bello y Dorta huyen del lugar escuchan la detonación que mató en el acto a Ruiz Pineda. El tiro le dio en la región occipital, o sea le dispararon por la parte de atrás de la cabeza, estaba de espalda al tirador.
Al día siguiente su hizo pública la versión de la dictadura, tras la férrea censura era obvio que solo habría una versión: un supuesto enfrentamiento contra funcionarios policiales en el que murió Ruiz Pineda.
El golpe fue inmenso para el partido blanco, semanas más tarde en el Nuevo Circo un mar de pañuelos bailó durante el minuto de silencio invocado por compañeros del fallecido dirigente político. AD sufriría otras pérdidas en la lucha contra esa dictadura.
La democracia no es algo que está allí desde siempre, se trata de un complejo sistema de relaciones de todos los individuos que componen una sociedad. La democracia a veces exige lo máximo de sus integrantes. Va más allá de las individualidades y las mezquindades de grupos que se aferran al poder, es más que ir a votar una vez cada cierto tiempo, es recordar a esas personas que dieron lo máximo por ella, la democracia es la base de la libertad de cada individuo.
Leonardo Ruiz Pineda es uno de esos hombres, una figura histórica, que terminó perdido de la memoria del venezolano al normalizar que la democracia era algo que siempre había estado allí y no el producto del sacrificio de muchos.
Leonardo Ruiz Pineda, el líder del partido Acción Democrática caía ultimado a balazos el 21 de octubre de 1952, casi seis años antes de que la dictadura que lo había asesinado viviera su último día.
Según relata Cipriano Heredia, la historia del asesinato de Ruiz Pineda, jefe de la resistencia a la dictadura se inició la tarde de ese 21 de octubre cuando salió en compañía de otros dirigentes de AD a una reunión se realizaría con motivo de las elecciones, fraudulentas, que se realizarían meses más adelante y que llevarían al poder a Marcos Pérez Jiménez.
Ese día Ruiz Pineda, junto David Morales Bello sale a buscar a Leoncio Dorta y Segundo Espinoza, a Catia, de allí se dirigieron a San Agustín, no se percataron que eran seguidos por una motocicleta conducida por hombres de la Seguridad Nacional.
En San Agustín una camioneta accidentada les impide el paso, y de inmediato uno de los motorizados se acerca a la ventana junto a la que iba el dirigente y con un arma apunta a Ruiz Pineda, y le dice que “se entregue o se muere”.
Ruiz Pineda saca una cédula de identidad y dice que no quien busca, que él es Crespo, el esbirro, seguro de con quien está hablando, insiste, se entrega o se muere, en ese momento Ruiz Pineda le dice a sus acompañantes que salgan del carro, lo que hacen por el lado izquierdo, y forcejean con el otro funcionario. Cuando Morales Bello y Dorta huyen del lugar escuchan la detonación que mató en el acto a Ruiz Pineda. El tiro le dio en la región occipital, o sea le dispararon por la parte de atrás de la cabeza, estaba de espalda al tirador.
Al día siguiente su hizo pública la versión de la dictadura, tras la férrea censura era obvio que solo habría una versión: un supuesto enfrentamiento contra funcionarios policiales en el que murió Ruiz Pineda.
El golpe fue inmenso para el partido blanco, semanas más tarde en el Nuevo Circo un mar de pañuelos bailó durante el minuto de silencio invocado por compañeros del fallecido dirigente político. AD sufriría otras pérdidas en la lucha contra esa dictadura.
La democracia no es algo que está allí desde siempre, se trata de un complejo sistema de relaciones de todos los individuos que componen una sociedad. La democracia a veces exige lo máximo de sus integrantes. Va más allá de las individualidades y las mezquindades de grupos que se aferran al poder, es más que ir a votar una vez cada cierto tiempo, es recordar a esas personas que dieron lo máximo por ella, la democracia es la base de la libertad de cada individuo.