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martes, 29 de abril de 2025
Sucesos
Historias de la Violencia: Hernancito un incorregible
9 de octubre, 2022
Por: D' HOY CARLOS
La violencia, ese signo que ha marcado parte de la historia venezolana, tiene cientos de protagonistas que marcaron a sangre y fuego su posición en ese oscuro ranking de los más peligrosos.

Entre esas figuras se encuentra Hernán Gregorio López Ortuño, un delincuente de larga historia, que estuvo implicado en dos de los casos que marcaron la historia criminal venezolana: El asesinato del grandesliga Gustavo Polidor y la toma de rehenes de Terrazas del Ávila.

Quizá sea como “Juanito Alimaña”, la canción de Héctor Lavoe y se trate de un sujeto que definió su destino por el camino sangriento. Así que durante años su mamá, Beatriz Ortuño de López, fue quien cargó con el peso de dar la cara ante las constantes faltas de su retoño.

Y como en toda vida criminal, las amistades terminarían marcando el camino. Bandas, robos, drogas, alcohol y rumbas, más los favores, ganados o forzados de algunas mujeres. A su paso los muertos iban quedando, muchos de ellos, nunca tuvieron la justicia que requerían y terminaron olvidados en el pavimento, solo recordados por sus familiares.

Así transcurrió la vida de alias Hernancito, entre humo, perico, acecho y robos, entre tragos y balas. Hasta que llegó el día de su graduación: La mañana del 28 de abril de 1995. Cuando junto a otros “graduandos” identificados como Marco Tulio Quintero Flores, alias “Marquito” y Carlos Rubén Villanueva, llegaron a la quinta Marie Michell en Colinas de Santa Mónica, al sur oeste de Caracas.

Allí supuestamente cometerían un secuestro, delito en el que se habían especializado. Villanueva quedó en la camioneta Wagoneer, mientras “Hernancito” y “Marquito” dominaban a una pareja que se preparaba para salir de compras. Eran el pelotero Gustavo Polidor, su esposa Eduviges Fuenmayor y su hijo, querían llevarse al niño.

Pero no contaban con que el atleta ofreciera resistencia y le dispararon a Polidor, quien recibió dos balazos mortales, uno en la cabeza y otro en el abdomen. Luego huyeron sin cumplir su objetivo.

La prominencia de la víctima, hizo que se desatara una cacería humana. Villanueva fue capturado y tras la respectiva charla motivacional, delató el paradero de sus compañeros de grado, Hernancito y Marquito, fueron detenidos y condenados a 25 años de prisión y remitidos al Retén de Catia, de donde Hernancito se escaparía a las pocas semanas.

Este oscuro sujeto volvería al ruedo. Fracasaría y en su intento, más inocentes terminarían muertos. El 16 de abril de 1996, a casi un año del asesinato de Polidor. Hernancito junto a Julio César Castro Zambrano secuestraron a María Magdalena Monagas y a su hermana Lorena Monagas y protagonizaron la Masacre de Terrazas del Ávila.

De nuevo un secuestro y de nuevo serían descubiertos, pero en esta oportunidad, hubo negociación. Estaban rodeados y la mamá de Hernancito, lo convenció para que se entregara, cosa que hizo. Horas más tarde, una acción desesperada de las autoridades, desencadenó un tiroteo en el que murieron María Magdalena Monagas, una de las rehenes, y el secuestrador Julio César Castro Zambrano.

Hernancito de nuevo tras las rejas, con la llegada de la revolución se hizo parte del régimen. En la Penitenciaria General de Venezuela (PGV) cumplió su condena y estudió. Se graduó en Ciencias Políticas y Gestión Ambiental. En la cárcel creó la fundación Semillero Socialista y en 2015 fue vocero de los presos durante las revueltas, luego fue liberado.

Pero las malas mañas regresan y regresan. Es así como el 26 de julio de 2016 las autoridades policiales investigaban el secuestro de un comerciante de origen sirio. Al parecer, Hernancito estaba involucrado y las comisiones del Cicpc, llegaron hasta su casa. Hernancito abrió fuego contra los funcionarios y terminó muerto, esa fue la última noticia que generó un delincuente que grabó su nombre en la memoria criminal venezolana.